Esto va más allá de los influenciadores. Los creadores de contenido aparecieron hace una década más o menos –los vimos en YouTube, con sus vlogs de todo tipo, y en Vine, siendo estas las primeras plataformas que le apostaron al pago de contenido por views- y hoy son los que se roban la atención en las redes sociales no solo entre los usuarios de a pie, sino entre las grandes marcas.

Precisamente, los creadores de contenido vieron en esa oportunidad que les dieron las redes un trampolín para empezar a ganar dinero por sí mismos y las plataformas digitales con el tiempo respondieron a esa necesidad incluyendo la monetización. De esta forma, siguieron el mismo camino de YouTube, por mucho tiempo la única red que reconoció económicamente el talento de estos perfiles de una forma justa (eso sí, después de conseguir millones de seguidores), que tuvo una visión tan amplia de lo que estaba ocurriendo al crear su propio campamento para enseñarles a estos nativos digitales a potencializar el contenido.

Con el tiempo, las cabezas de las redes sociales se dieron cuenta que este es un negocio y ahora sus esfuerzos se encaminan a retener a los creadores de contenido porque definitivamente la ganancia económica está ahí. Ejemplos claros: lo que ha hecho TikTok con la mayoría de sus usuarios al darles la oportunidad de usar el TikTok Bonus y la creación del TikTok Creator Fund, en el que invirtió 200 millones de dólares para apoyar a los creadores de contenido; la misma Instagram que ha decidido apostarle a los comercios electrónicos, y más recientemente Twitter con los Super Follows, por ahora solo disponibles en Estados Unidos.

Con la creación de contenido viene la influencia, es por eso que las marcas no pueden dejar al azar la elección de con quién deciden trabajar. Tampoco deben subestimar los perfiles que inundan las plataformas digitales y la mayor recomendación es que estén abiertos a explorar otras redes más allá de Instagram.

Hoy en día vemos una presencia muy fuerte de Twitch y Kwai, que ha decidido darles a manos abiertas dinero a sus creadores.

Todo esto nos lleva a un nuevo término del que ya se está hablando y hay que prestarle mucha atención: Creator economy, el presente para las plataformas digitales y los creadores de contenido, la apuesta no solo de las redes sociales, sino incluso de medios locales que ven en personas, blogs, podcast, videos y más una potencial fuente de información.

Según SignalFire, en el mundo hay aproximadamente 50 millones de creadores de contenido que los podemos encontrar en gran volumen en YouTube, Instagram y Twitch. De ahí la importancia de revisar otras redes sociales cuando se quiere trabajar con ellos y analizar muy bien qué tipo de contenido es que le se alinea con el mensaje de mi marca o de lo que quiero transmitir.

Se me viene en este momento a la mente un caso de éxito con un creador de contenido gracias a TikTok y a una marca que se fijó en su potencial: Charli D’Amelio con Dunkin’. Esta jovencita de 16 años, con 123 millones de seguidores en la actualidad, en tan solo un año alcanzó tanto vuelo en la red social subiendo videos de baile que Dunkin’, al ver que era fanática de su marca y con un alto impacto entre los Gen Z, decidió convertirla en una de sus caras entregándole ‘The Charlie’, su propia bebida con la que le apostaron a la conquista de un público joven.

Fue una excelente jugada de Dunkin’ trabajar con la TikToker mejor paga en la actualidad, no solo por el amor de Charlie por la marca, sino por conectar con una generación nativa digitalmente como los Gen Z, generar ventas y promover su app (por allí se podía comprar la bebida).

Todo esto para decir finalmente que es importante revisar perfiles, elegir con criterio y si hay un diamante en bruto en redes sociales no hay que desecharlo, simplemente prestarle atención y verlo como una oportunidad.

*Más adelante podemos seguir hablando de ese nuevo mundo del Creator economy.