Una de las lecciones de este 2020 definitivamente fue la importancia de retomar ese concepto de thinking out of the box o simplemente salir de la zona de confort. Crear estrategias e ideas que conecten con las personas de forma virtual y que sean tan efectivas desde este lado de la lona, de las relaciones públicas me refiero, es muy difícil y más cuando nos rodea un escenario incierto para los medios de comunicación.

Es que, así como los grandes medios se vieron obligados a reinventarse (ni modo, no hay otra palabra), las relaciones públicas y las agencias de PR -que no solo se dedican a hacer free press, sino que ofrecen un mundo de posibilidades a la hora de comunicar-, deben seguir el mismo camino. El periodismo ya no es lo mismo, ya no se habla de la vieja escuela porque esa idea quedó en el pasado, ahora esos medios tradicionales tienen en sus equipos mentes frescas y jóvenes capaces de llevarlos a otro nivel. En Colombia hasta ahora iniciamos ese proceso y si bien aún no veo ejemplos de una “exitosa reinvención”, sí vamos en camino.

Es aquí cuando el PR se convierte en un gran aliado en esa travesía: ¿cómo presentar las ideas?, ¿cómo explicarle al cliente que ya no es la cantidad sino la calidad lo que cuenta en un mundo cada vez más digitalizado?, ¿cómo ser efectivos sin tener que enviar contenidos aburridos o estar sujetos exclusivamente a las redes sociales? Esto representa un reto en un contexto en el que la competencia es cada vez más dura e incrementa con el paso del tiempo.

De hecho, este 2020 nos obligó a acercarnos a los medios de formas distintas, hablándole al oído al periodista y siendo más eficientes con los procesos… engorrosos para mi gusto, pero inevitables cuando realmente se necesitan. Cuando me dicen “es que ya no hay medios” pienso que en realidad ya no hay medios tradicionales, porque ellos mismos se han volcado a la era digital. Esa es una oportunidad para el PR y para las marcas.

Ahora hay nuevos canales para generar contenido y no solo hablo de los influenciadores, sino de las mismas marcas planeando estrategias más disruptivas y creativas, ofreciendo historias y mensajes de valor con tal impacto que merezcan ser contadas; y todo esto trabajando de la mano con los medios de comunicación y los periodistas. Siempre me repito una frase y es que hacer por hacer no genera nada; prefiero pensar, discutir, analizar y aterrizar sin afanes para llegar efectivamente a quienes debemos llegar.

Necesitamos abrirles espacio a nuevas conversaciones, de forma y de fondo, en la manera de presentar los temas, en dejar a un lado los procesos que le dificulten la llegada de información al periodista, en las reuniones interminables, en ser más inmediatos y darle un valor, incluso económico, al trabajo de los influenciadores. Este 2020 nos dejó una gran lección y es que hay que crecer, avanzar y superar obstáculos con ayuda de aliados, tal y como se hace en las relaciones públicas.

Es nuestro turno y en este camino se aprende a diario. Vale la pena darle una oportunidad y pensar fuera de la caja para ser más efectivos, pero siempre con los pies en la tierra. La nueva realidad nos espera y no podemos darle más espera.